La Historia tiene siempre una incidencia decisiva en la vida de cualquier persona. Robert Gottlieb es hijo del siglo XX: su madre sobrevivió a Auschwitz, volvió a su pueblo natal en Rumania y emigró unos años más tarde a Israel para dejar de padecer el antisemitismo rumano. Robert combatió entonces en la Guerra de los Seis Días, devino en sionista confeso y hasta pudo haber sido un espía. Estos son los antecedentes del padre de la directora, quien recaló más tarde en Perú, país en el que nació Yaela, quien hace tiempo vive en Argentina, pero quiere emigrar a Europa. La interacción con el padre, fascinante e incómoda, y también amorosa, articula este ensayo personal sobre la identidad sin pertenencia o signada por el desplazamiento constante, asediada por las contradicciones ideológicas que tiñen el vínculo filial y reflejan un siglo violento como el precedente. (Roger Koza)