En algún lugar de México, en uno de los tantos pueblos que cobija la extensa nación de América del Norte, viven Lucía, Pedro y Lupe. Un ser querido que vive muy lejos y parece querer regresar a México para volver a reunirse con todos ellos les escribe cartas en las que se entrevé nostalgia, culpa, fracaso y amor. A quien escribe jamás se lo ve, a diferencia de los destinatarios que están siempre en el plano, pero sin ser del todo identificados. La disyunción entre imagen y palabra es misteriosa y en cierta medida inconexa; la serenidad de un estilo de vida contrasta con el otro en tanto que la vida en el extranjero parece estar signada por la desolación. Aunque hay matices e indicios, porque no se puede decir ni tampoco mostrar todo. (Roger Koza)